Las pesadillas de Simón Bolívar

Estatua de Simón Bolívar.
Estatua de Simón Bolívar.



¿Quién podía conocer mejor a Simón Bolívar durmiendo que Manuela Sáenz? La quiteña, amante del Libertador, fue protagonista no solo de las noches de lujuria del caraqueño, sino de otras en las que las pesadillas le afectaban.

Eran parte de los traumas de la guerra: Bolívar sufría con la carnicería en la que se convertían los conflictos. Desde 1812 hasta 1824, miles de hombres, mujeres y niños dejaron sus vidas de las formas más atroces. 
Batalla de Boyacá.
Batalla de Boyacá.



De más está decir que, como impulsor de la Guerra a Muerte desde el lado patriota, la firma de Bolívar tuvo mucho peso en los crímenes. Todo le pasó factura en el ámbito más personal.

Sáenz escribió una carta a Bolívar –solo queda la respuesta de la quiteña al caraqueño- en la que hablaba de las pesadillas del Libertador. Se encuentra en la página 93 del libro Las más hermosas cartas de amor entre Manuela y Simón, Ediciones Piedra, Papel o Tijera (1998).

La misiva no tiene fecha.

General Simón Bolívar



Muy señor mío:

Sobre esos sueños suyos que tanto le preocupan, pienso que nada hay más normal que un hombre ligado a la guerra vea en sueños esos rostros que se desfiguran y esos hombres que desaparecen bajo la garra cruel de la muerte, oculta detrás de las montañas.

Mi Simón, no piense usted en eso, dele un vistazo a su trayectoria, su benevolencia y el favor que usted hizo libertando estos pueblos, y olvide la villanía con que se manifiestan. Usted siempre ha querido la paz y ésta ha tenido que escribirse con sangre y, desafortunadamente, esculpida con la piel de los que han muerto.

Olvide usted esos fantasmas que tanto daño le hacen y piense en alguien hermoso como su

Manuela

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