Ilustración de Antonio Bosch Penalva. |
El 28 de enero de 1821 la provincia de
Maracaibo proclama su Independencia del Imperio Español y su adhesión a la
República de Colombia. Fue un golpe incruento, que aprovechó el Armisticio
entre patriotas y monárquicos y que reinició la guerra.
Analicemos el paso a paso de cómo se llegó
a los hechos del 28 de enero de 1821. Todas las cartas se encuentran en el libro Historia del Zulia, de Juan Besson. La narración de los hechos está en el Resumen de Historia de Venezuela, de Rafael María Baralt, y en ella también se basa Besson: ambos historiadores eran marabinos.
Noviembre de 1820
Los patriotas y los realistas, con Simón
Bolívar y Pablo Morillo al frente, firmaron un Armisticio y un Tratado de
Regularización de la Guerra. Los militares monárquicos veían cómo una
insurrección liberal en España (el Pronunciamiento de Rafael del Riego) frenaba
la llegada de refuerzos, por lo que era descabellado seguir batallando.
Mientras, los patriotas venían también de años desgastantes: una campaña
desastrosa (1818, Campaña de los Llanos), por una exitosa (1819, con el Paso de
los Andes y la Batalla de Boyacá en Nueva Granada). El armisticio fue bien
visto por ambas partes.
Ilustración de Antonio Bosch Penalva. |
En noviembre, en Santa Ana de Trujillo, se
reunieron Bolívar y Morillo. Previamente lo habían hecho sus delegados,
firmando todas las actas. El Libertador pudo analizar la situación,
considerando el estado de debilidad de las fuerzas realistas.
Impulsados por Rafael Urdaneta, nacieron
los contactos para revolucionar a Maracaibo. La provincia y su capital
permanecieron leales a la Monarquía española, como Guayana (hasta 1817, tras la
victoria de San Félix) y Coro.
Bolívar le dio luz verde a Urdaneta, pero
sin que el nombre del Libertador resultara afectado. De hecho, éste
desconocería la situación en varias cartas con los representantes españoles, atribuyendo al pueblo de Maracaibo su insurrección.
Urdaneta se encontraba en ese momento en la
provincia de Trujillo, al frente de cuatro escuadrones y el batallón de
Tiradores, comandado por José Rafael de las Heras.
Diciembre de 1820
Domingo Briceño y José María Delgado (este
era hermano del gobernador, hasta el momento, realista) partieron de Maracaibo
a Trujillo con el pretexto de comprar tabaco y reclamar unos esclavos fugados.
Ambos llevaban como encomienda real la solicitud de la entrada de los soldados
patriotas.
Rafael Urdaneta. |
Se encontraron con Urdaneta, que les
entregó 4.000 pesos y la promesa de ascenso para comprar a los militares
realistas en Maracaibo. No sería la primera vez que Urdaneta actuaba de esta
manera: en 1828 lo haría con los implicados en el intento de asesinato del
Libertador en Bogotá, con el fin de acusar a Francisco de Paula Santander.
El fin, pues, justificaba los medios.
Enero de 1821
Urdaneta luego envió a Las Heras a
Gibraltar, junto con Tiradores. Mientras, Briceño y Delgado volvieron a Maracaibo.
El plan era proclamar la adhesión a Colombia y que los soldados patriotas
entraran a la ciudad, con el fin de protegerla. Esto violaba el Armisticio
firmado por Bolívar y Morillo, pero los patriotas se justificarían luego.
26 de enero
En la noche, otra de las implicadas en el
movimiento independentista, María de los Dolores Moreno, recibió de manos de
Tomás Vega un sobre cerrado para el gobernador Francisco Delgado. Tenía,
además, una moneda colombiana: esta era la señal de autenticidad del documento.
Moneda de la Gran Colombia en 1820. |
La señora Moreno, que se encontraba en La
Rita (actual Santa Rita) entregó a su esposo, Antonio Castro, los documentos.
Castro cruzó el Lago con la documentación, la moneda y una orden falsificada de
salida de los cuerpos realistas para viajar a Coro. Tenía la firma falsa de
Miguel de La Torre, general de Morillo derrotado en San Félix y que luego lo
sería también en Carabobo.
Morillo había partido a España a finales de
1820, consciente de que ya todo estaba perdido, luego del Pronunciamiento
liberal de Riego. Quedaba al mando La Torre.
27 de enero
El Batallón Balcárcel, que era el que se
encontraba en Maracaibo, salió al día siguiente (27) a Coro. El mismo Castro lo
llevó hasta embarcarlo. La ciudad estaba desguarnecida.
28 de enero
En la madrugada, Castro entregó la
documentación y la moneda colombiana al gobernador Delgado. “¡Viva Colombia!”,
fue el grito de Independencia. ¿Qué tenía la documentación? El anuncio de
Urdaneta de que saldrían, desde Gibraltar, las tropas de Las Heras.
Acta del Cabildo de Maracaibo |
En la mañana del 28, el Ayuntamiento
proclamaba la separación del Imperio español y la adhesión a la República de
Colombia.
Mientras, los soldados del Balcárcel se
encontraban ya en Los Puertos, con destino a Coro. No tenían idea de la burla.
29 de enero
Escribió el gobernador Delgado a Simón Bolívar:
“Tengo el honor de anunciar a VE que a las
5 de la mañana del día de ayer ha tremolado este pueblo el pabellón de la
República, proclamando el MIA (Muy Ilustre Ayuntamiento) con las tropas de esta
guarnición de mi mando y un gran concurso del pueblo, su absoluta independencia
del Gobierno español, como consta del bando y acta publicados, que adjunto.
Simón Bolívar. |
Todas las clases del pueblo han hecho las
demostraciones más vivas y sensibles de gozo y de alegría, testificando su
adhesión a la República, aún los españoles y criollos que antes fueron
prosélitos de la opresión.
Tengo el honor de ser, con el mayor respeto,
de VE apasionado seguro servidor.
Francisco Delgado”.
Delgado también escribió a Urdaneta:
“Con la mayor satisfacción tengo el honor
de anunciar a US la regeneración de nuestro estado político componiendo ya un
solo pueblo, y defendiendo una misma causa con la República de Colombia, a que
de nuestra espontánea voluntad nos hemos sometido convencidos de nuestros
derechos, tanto tiempo sofocados por la tiranía de un gobierno despótico. Las
delicadas atenciones de US exigían de justicia me contentase con esta sola
exposición; pero las particulares circunstancias de nuestra reforma me imponen el
deber de participarle en honor de este pueblo, haber sido proclamada la más
solemne independencia al amanecer del día 28, con el mejor éxito y sin
presentarse el más pequeño obstáculo en su establecimiento.
Dispuesto este vecindario a sacrificar sus
vidas para conseguir ponerse en el goce de los derechos del hombre, no ha omitido
prueba con su valor, intrepidez y entusiasmo para acreditar su adhesión al
nuevo sistema de Gobierno, manifestando en sus semblantes y aclamaciones el más
heroico patriotismo. No omito indicar a US lo interesante que se hace la
presencia de su persona en este pueblo, que tiene la gloria de conseguir su
libertad bajo la inmediata protección de un benemérito hijo, cuyas particulares
circunstancias, prescindiendo de las virtudes que adornan a US, serían
suficientes para entusiasmar aún a los más deslumbrados.
Luego que se restablezca el nuevo orden de
cosas, por el que trabajo incesantemente, daré a US informe de los beneméritos paisanos
que se han distinguido en tan gloriosa empresa. Dios guarde a US por muchos
años, Señor General.
Francisco Delgado”.
30 de enero
Llegó el Batallón Tiradores a la Costa
Oriental del Lago. Mientras esperaban que los realistas se alejaran aún más,
engañados, hacia Coro, los hombres de Las Heras cruzaron el Lago en las
embarcaciones de Tomás Vega, Manuel Castro -hermano de Antonio- e Ildefonso Abreu.
Ilustración de Antonio Bosch Penalva. |
Entraron en Maracaibo, siendo recibidos por
las autoridades locales.
3 de febrero
La Torre se enteró del movimiento de
Maracaibo por una nota de Urdaneta. Decía el marabino:
“No tenía yo noticia hasta que he recibido
ese parte del Comandante del batallón Tiradores (Las Heras). Ignoro cuál haya
sido el resultado y lo comunicaré a VE luego que lo sepa; habiendo tomado por
el momento la medida de mandar llamar al Comandante Heras para hacerle los
cargos correspondientes. Siento mucho comunicar a VS este asunto tan
desagradable, pero VS conocerá que ni el Gobierno ni yo hemos tenido parte en
él, y que solo ha sido obra del pueblo de Maracaibo, cuyas autoridades han
solicitado el auxilio”.
15 de febrero
El español reclamó enérgicamente al
Libertador y a Urdaneta. A este último le dijo:
“El mundo podrá mirar como infracción
pública del armisticio, faltando a la buena fe con que se pactó su
cumplimiento, pues que en el caso presente no puede proporcionarse protección
alguna a dichos habitantes hasta la conclusión del referido convenio…”.
19 de marzo
Bolívar, con el fin de engañar a La Torre y
seguir ganando tiempo -entre una carta y otra se tardaban varios días-,
desaprobó la conducta de Las Heras. La Torre pidió la devolución de Maracaibo.
El 19 de marzo, el Libertador indicó que no sería devuelta.
Escribía Bolívar a La Torre:
“Si ha sido para nosotros un deseo la
ciudad de Maracaibo, ahora lo es de dolor, por el compromiso en que nos ha
puesto; sin duda debe Ud. hacerme la justicia de creer que yo no he tenido
parte alguna en la presente insurrección de esta anhelada ciudad. Jamás me
habría colocado voluntariamente en un caso que, bajo de todos respetos, es
extremo (…)
Miguel de la Torre. |
En el caso presente es muy dudoso que el
Gobierno de Colombia esté obligado a devolver a Maracaibo; pues debe Ud. saber
que todas nuestras tropas están padeciendo privaciones horrorosas que se hacen
más insoportables en la inacción, y ésta es la razón porque no hay un cuerpo de
tropas que no se lamente de esta suspensión de armas que le prolonga la pena”.
El golpe estaba dado. Las hostilidades se
reanudarían.
Epílogo
De Maracaibo luego saldría un batallón que
ayudaría a la Independencia de Coro y se integraría al Ejército Libertador,
luchando en Carabobo el 24 de junio de 1821.
La capital del Lago cayó de nuevo en manos
realistas, con Francisco Tomás Morales en el poder, volviendo bajo la República
definitivamente en 1823, con la Batalla Naval del 24 de julio.
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