Franz Murer |
Hoy vamos a hablar de un nazi que odiaba
tanto a los judíos... que la historia lo llamó: “El Carnicero de Vilnius”, se
trata de Franz Murer... Este ser pecaminoso nació en Sankt Georgen ob Murau
(en el centro de Austria), el 24 de enero de 1912. Fue muy mal estudiante en
su época escolar y en la adolescencia, de tal manera que sus compañeros de
estudio lo reconocían y se burlaban... ¡ya que era el portaestandarte de la
poltronería!
Durante esa época, a los 15 años, entrenó
con los “Jóvenes de Hitler”, organización de jóvenes con el Partido nazi
en Alemania (esto fue en Núremberg, en donde fue a vivir con su familia a
la edad de 14 años). Se afilió al Partido nazi como adulto a los 26 años.
En ambas organizaciones se dieron cuenta
que el joven detestaba a los judíos, se expresaba muy mal de esa raza. Por esa
causa, fue transferido a Vilnius (capital de Lituania, al sur de este
país), para coordinar los trabajos forzados de los judíos y para supervisar su
masacre... ¿qué les parece? bajo las órdenes del Oficial, Hans Christian
Hingst, Comisionado Territorial nazi en esa ciudad.
Allí, creó y organizó, el gueto de
Vilnius, campo de concentración en esa ciudad, que funcionó sólo dos años,
entre 1948 y 1943... ¡siendo sumamente efectiva!
Este hombre fue reconocido como un “sádico,
especialmente cruel con los judíos”. Hay que resaltar que la población judía en
Vilnius era importante, de tal manera que esa ciudad era reconocida antes de la
guerra como, “la Jerusalén de Lituania”.
La población judía en la ciudad era de 80
mil habitantes... Esto que les voy a contar... cuesta darle crédito... Cada vez
que entraba este ser al gueto de Vilnius, se paseaba por las calles a bordo de
un carruaje blanco, desde el que disparaba a niños y ancianos en las calles.
Cuando decidía castigar a un inocente judío
¡sólo por mirarlo!, antes de torturarlo lo hacía ladrar como un perro.
Judíos de Vilnius |
En ocasiones, le pedía a sus guardias
que agarraran el primer judío que vieran en el gueto y que le recostaran la
boca abierta sobre el borde filoso de una acera y luego él... ¡le brincaba en
la cabeza!
Este modo de asesinato le encantaba. ¡Qué
historia la de este inhumano! Me cuesta escribirla...
Hay más cuentos vergonzosos acerca de
las actuaciones infames de este malsano en ese gueto... pero ¡me niego a seguir
escribiendo sobre eso! De los 88 mil judíos en ese gueto, por culpa de este
miserable, sólo quedaron 250 judíos.
Después de la guerra, Murer huyó hacia la
ciudad de Admont (en el estado de Estiria en Austria, muy cerca de su
pueblo natal), en donde comenzaron a cobijar a oficiales nazis. Pero, en 1947,
un judío lo reconoció y avisó al “cazador de nazis”, Simón Wiesenthal, quien lo
descubrió y lo puso en manos del Ejército Británico.
Franz Murer tras su captura |
En vista que en Vilnius, Lituania, fue en
donde cometió la mayoría de sus fechorías contra la humanidad, fue deportado a
Rusia, ya que ese país estaba bajo la jurisdicción soviética. En 1948, en
Vilnius, un tribunal militar lo sentenció a muerte, pero su sentencia fue conmutada
a 25 años de trabajos forzados.
En 1955, tras la firma del Tratado del
Estado Austríaco, que restableció a Austria como Estado soberano, se acordó su
extradición por ser de ese país, con la condición de que una vez de vuelta en
su país, fuera allí juzgado por sus crímenes contra los judíos.
Sin embargo, la Fiscalía austriaca,
increíblemente... ¡no presentó cargos contra él! Ya libre, en su ciudad natal
Sankt Georgen ob Murau, lo recibió la Banda Municipal y de nuevo... volvió a su
apacible vida campesina a los 43 años de edad.
Pero Wiesentahl no dejó un momento de
perseguirlo y logró calentar la presión internacional para que el caso fuera
reabierto. Murer fue arrestado en 1961 y pasó dos años en la cárcel en espera
del juicio, que finalmente, tuvo lugar en el verano de 1963.
Este hombre fue acusado de 17
asesinatos en Primer Grado y la Fiscalía presentó a 37 testigos, llegados desde
distintos puntos de Austria, Alemania, Estados Unidos e Israel. Este juicio fue
especialmente traumático, ya que a medida que iban subiendo al estrado, esos
supervivientes se echaban a llorar desconsoladamente mientras rememoraban
las atrocidades cometidas por el “Carnicero de Vilnius”.
Franz Murer |
Pues, de nada sirvió. Aunque ustedes no lo
crean, este psicópata fue declarado inocente. El rumor generalizado, fue que
tras emitir la sentencia... algunos miembros del jurado (todos los austríacos),
se reunieron con Murer en un restaurante cercano... ¡para brindar! ¿Qué les
parece?
Pero, el Mosad, la Agencia israelí de
Espionaje, en 1977, estuvo al acecho. Muy conocida por sus expeditivos métodos
(recordemos que fue la encargada de secuestrar en Argentina a Adolf
Eichmann y llevarlo a juicio en Israel), elaboró una lista de 9 nazis que debían
ser encontrados y ajusticiados de un modo u otro.
La encabezaba Josef Mengele y también
estaban en ella, nombres como Horst Schumann, que condujo experimentos de esterilización
y castración a los prisioneros judíos en Auschwitz; Walter Rauff, un ingeniero
de las “SS”, que diseñó los camiones de gas y Klaus Barbie, el Oficial de la
Gestapo, apodado “El Carnicero de Lyon”. También Murer figuraba en esa lista.
Y, de hecho, el Mossad llegó a mandar
a un grupo de agentes a su granja de su ciudad natal. No se sabe, hoy día, por
que causa la operación no llegó a ser ejecutada. “El Carnicero de Vilnius" murió
mucho después, en 1994, a los 82 años... ¡en su cama! Es historia, amigos.
P.D. Actualmente, se han realizado
documentales y películas alegóricas a esta “buena suerte” de algunos
perniciosos nazis. Se trata de recordar, como una sociedad de algunos países
(en este caso, Austria), fracasó a la hora de confrontar su pasado nazi y cómo
ese fracaso sigue teniendo consecuencias en el presente.
El gobierno austríaco actual es producto de
un pacto entre el Partido Popular y el Partido de la Libertad, que fue creado
en 1956 por un antiguo oficial de las SS y cuyo discurso destaca por... ¡el
antisemitismo!
Dios los bendiga.
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